Nada mejor para comenzar el año que "limpiar la casa", y con esta expresión me refiero a sacar todo lo que ya no queremos en nuestra vida para permitir que entre lo nuevo.
Todos necesitamos limpiar algo para poder quedarnos con lo que verdaderamente queremos.
¿De todo lo que tienes en tu alma, realmente qué deseas conservar?
Primero necesitamos poder "ver lo que esta sucio" y para esto tenemos que ser muy honestos con nosotros mismos y comenzar por no mentirnos.
Para algunos puede consistir en limpiar algunas emociones, como envidia, rencor, resentimiento, rabia, aburrimiento. Para poder limpiar estas emociones, primero tenemos que darnos cuenta y reconocer que las sentimos.
Para otros puede ser limpiar algunas relaciones, donde puede pasar que los espacios se han “ensuciado” y necesitan tener las conversaciones pendientes que se han aplazado por mucho tiempo. Para otros puede consistir en dar término a relaciones que ya no queremos tener en nuestras vidas.
Para otros la limpieza puede estar en soltar la necesidad de controlar algunas cosas que no están a nuestro alcance.
En otros casos se necesita limpiar los pensamientos negativos y las creencias limitantes que nos impiden alcanzar nuestros sueños y reemplazarlos por pensamientos positivos que nos alimenten el alma.
Para otros, quizás la limpieza consiste en soltar los viejos métodos de alimentación y ejercicio para comenzar un plan de salud y nutrición y dejar atrás los malos hábitos.
En algunos casos la limpieza puede ser el dejar de procrastinar y dejar de aplazar todo lo que queremos en la vida.
Al hacernos cargo de aquellas cosas que nos “ensucian la casa” limpiamos nuestra alma y buscamos nuevas formas de hacer las cosas cuando las que utilizábamos antes ya no nos sirven más.
Los invito a “limpiar su casa.”
